Arrebatamiento del corazón de Maiko
El viernes 16 de setiembre alrededor de las 8:00 pm, a un par de metros de mi casa me robaron mi celular que ya estaba para lanzarlo al tacho de basura. Dos chiquillos de aproximadamente 16 o 17 años se acercaron a atacarme y arrancharme mi celular donde tenía contactos muy importantes, en aquel momento me diforsé y reusé a entregar mi móvil, así que llegó un tercero, o sea un trío en total que lucharon contra mí para quitarme mi viejo y desfasado celular.
El viernes 16 de setiembre alrededor de las 8:00 pm, a un par de metros de mi casa me robaron mi celular que ya estaba para lanzarlo al tacho de basura. Dos chiquillos de aproximadamente 16 o 17 años se acercaron a atacarme y arrancharme mi celular donde tenía contactos muy importantes, en aquel momento me diforsé y reusé a entregar mi móvil, así que llegó un tercero, o sea un trío en total que lucharon contra mí para quitarme mi viejo y desfasado celular. En fin el motivo de mi resistencia no fue tanto el móvil sino fue aquel Maiko que colgaba como adorno dándole mayor presencia y embelleciendo a mi gastado celular. Pues fue una persona muy importante para mí quien me lo había obsequiado aquel bello adorno; era tan precioso! no por lo material, sino por la carga sentimental que me transmitía, que quedé encantada al recibirlo; me gustó aquel detalle, aquella novedad, aquel Maiko que ya no regresará.
Después del robo llegué muy nerviosa, asustada y con impotencia de querer vengarme de alguna forma de esos delincuentes que solo se dedican a inestabilizar a personas que transitan por las calles creyendo que nada les sucederá. El sentir que me arrebataron algo que tenía un gran valor hizo que semanas después fuera en busca de aquellos malhechores. Al fin les vi la cara, los vi en la misma posición de acechamiento de alguna víctima confiada y débil e inofensiva; pero al mirarlos bien solo vi el rostro de unos niños que se dedican a la delincuencia, no podía acusarlos sin ninguna prueba, en aquel momento quise hacer algo pero no pude así que me vieron y se fueron.
Me aconsejaron que estuviera tranquila, que lo material es recuperable más la vida no, así que dí gracias por mi integridad física.
A los días me dí cuenta que aquel robo trajo consigo consecuencias por el cual aún sigo triste, pues aquel viernes 16 me arrebataron el corazón de Maiko.



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