
Mi encantador Bobs: 03-10-10 día en que se fue de nuestro hogar para nunca más regresar, que ha dejado un gran vacío en nuestros corazones, una tristeza enorme y profunda marcando en nuestras memorias la partida de un ser muy especial, apreciado, querido y respetado por todos los miembros de la familia y por aquellos que pudieron conocerlo.
Bobs, así lo llamamos, un ser inteligente, capaz de comprender a cualquier persona, de sacarte una sonrisa y llenarte de felicidad. Cada vez que lo observaba me transmitía paz, quizás porque era tan blanco como la nieve, parecía una bola de algodón; era muy atento, obediente al llamado de su nombre, tenía las orejas muy grandes y largasy bien formadas; cuando se enojaba no se dejaba tocar por nadie y si te le acercabas de inmediato recibías un patadón.
A Bobs le encantaba las galletas, mejor dicho las amaba sobre todo la galleta Soda, ah! también le gustaba comer kekes, era de buen apetito. Siempre lo veías interactivo, corría mucho y le gustaba jugar con Mochita, mi gata engreída. Ese era Bobs, un conejo encantador como el de los dibujos animados.
Ya no está entre nosotros, en algún momento tuve un presentimiento que algo le iba a suceder, la última vez en que lo vi me despedí con un beso en sus cachetes peludos, lo acaricie y me fui a realizar mis actividades. Ese mismo día regrese por la noche y ya no estaba despierto, activo, juguetón como solía ser, se encontraba dormido… profundamente dormido, tieso y frío, se nos fue, dejó de respirar, ya no era el mismo ahora se notaba triste.
Solo puedo decir que debe estar en un mejor lugar siempre fue un buen conejo.Todo por una infección estomacal, eso le provocó que se formara en su vientre una especie de tumor que hizo que se debilitara, el doctor nada pudo hacer; nos recomendó medicamentos para nuestra mascota pero ningún efecto favorable conseguimos.
Lo recuerdo con mucha alegría, sin estar presente me saca una sonrisa, pues traigo a la memoria su forma de ser, su aspecto tierno. Parecía ser dotado de inteligencia humana. Lo digo por su capacidad de entendernos.