No puedo controlar este abatimiento, mi corazón se viste de angustia por la nada, mi respiración se acelera y no sé porque ¿será algún presagio algo malo que se acerca sigilosamente sin que me dé cuenta?
Son días difíciles, quizás el mal tiempo ha intervenido para que mi entorno sea lóbrego, sombrío, más que solitario, porque no hallo con quien hablar, las calles están más vacías que nunca, las personas prefieren estar escondidas en sus guaridas, buscando dentro de ellas un poco de calor.
Mientras tanto yo busco liberarme, explotar de alguna manera, salir de aquella prisión imaginaria en la que creo estar y hacer lo que me dé la regalada gana.
Bueno, entonces al carajo todo, y solo atinaré lanzarme al vacío y experimentar la adrenalina que tan deseosamente anhelaba, luchando contra la furia del viento que azota toda mi piel, una dura batalla donde mi cuerpo cae a la nada sin restringirse al maltrato penetrante pero a la vez placentero, iré…
Wau! Que duro suena, es que no sé de qué manera liberarme tal vez escribiendo afloro cosas que no muestro directamente ante los demás, aunque tampoco soy muy buena escribiendo versos metafóricos, escribo a mi manera.
Creo vivir tiempos mozos, pero no es así, me abraza por momentos la incertidumbre, la inseguridad, pienso que me ha llegado la felicidad, pero así como viene se va. Son minutos felices que desaparecen como una estrella fugaz tan hermosa al divisarla, los ojos se iluminan de brillos de luz sin embargo el vacío retorna como relámpago y lentamente todo el esplendor se contradice a una vasta ventura.
Quiero algo emocionante que me haga olvidar las preocupaciones, algo que me libre de este silencio revuelto, quizás necesite salir o desestresarme un poco, o tal vez tomar como una bohemia o viajar a algún lugar apartado fuera del bullicio de la ciudad, o tal vez nada.








